A pesar de tener más nutrientes y calorías que nunca, el sistema alimentario muestra notables carencias a la hora de repartir y utilizar el alimento que gestiona. Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), un tercio de los alimentos producidos a escala mundial no llegan a ser consumidos. Este fenómeno se conoce como desperdicio alimentario. La preocupación por el derroche alimentario está cada vez más extendida en todas las esferas de la sociedad. Así lo pone de manifiesto la multitud y diversidad de iniciativas para prevenir y/o reducir el desperdicio alimentario en marcha hoy en día. Otro hecho patente al examinar estas iniciativas es la falta de consenso a la hora de entender qué es el desperdicio alimentario. Esta coexistencia de distintos marcos conceptuales va íntimamente ligada a la existencia de una variedad de estudios de cuantificación no comparables entre sí.

Sin embargo, los resultados apuntan a que nos encontramos ante un reto urgente y de gran magnitud. Para hacer frente a este reto de la manera más eficaz y justa posible, es necesario entender bien las diferentes visiones de derroche alimentario que coexisten

Autores: Raquel Diaz i Feliu López

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