“Podemos continuar diciendo a niños y jóvenes que la comida no se tira o podemos escucharles y aplicar sus ideas. ¿Y si fueran ellos y ellas las que nos dijeran que ‘la comida no se tira’? ¿Y si de un problema que supone un escándalo a nivel mundial nacieran soluciones locales bien creativas e innovadoras? ¿Y si les damos las herramientas que necesitarán para cultivar un mundo más sostenible?”.
Fruto de estas preguntas que se hicieron en la Fundación Espigoladors, se creó hace cinco años el Premio #elmenjarnoesllença, una iniciativa que pretende promover la implicación y el compromiso de niños y jóvenes ante el derroche alimentario para buscar “la construcción de respuestas y soluciones colectivas” frente a realidades sociales y ambientales, y tratar de construir un “futuro más sostenible”, apuntan desde la organización.
Autor: Social