La Comisión estableció un plan de acción para reducir el desperdicio de alimentos como parte integral de la comunicación sobre la Economía Circular. Una de las iniciativas es, sin competir con el abastecimiento de los bancos de alimentos, para valorizar los nutrientes de los alimentos, es decir, alimentos que por razones comerciales o por problemas de fabricación o ciertos defectos, ya no se destina al consumo humano, valorizarlos a través de su uso seguro en la nutrición animal, sin comprometer la salud pública y animal. Por lo tanto, el uso de estos alimentos evita que estos materiales se conviertan en abono, se transformen en biogás o se eliminan por incineración o vertido. La distinción entre alimentos, subproductos animales, piensos y el despilfarro tiene evidentes implicaciones con respecto al marco legislativo que rige los diferentes tipos de los productos en cuestión.

Autor: Comisión Europea

Año: 2018

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